El 21 de diciembre de 2006, el presidente Saparmurat Niyazov de Turkmenistán, falleció repentinamente de un ataque al corazón. Su Gobierno fue uno de los regímenes políticos más cerrados del mundo, dejando así poco espacio para una transformación de gran alcance en el país. Lo más posible es que en las elecciones previstas para febrero de 2007 no haya una competición política real. La muerte de Niyazov puede acrecentar las rivalidades en la comunidad internacional para ganar los favores de uno de los países más importantes en el campo de la futura seguridad energética. Aún está por verse si Turkmenistán conseguirá alejarse de su postura aislacionista como consecuencia de la presión social y abrirse a la dinámica internacional.
Autor: FRIDE (Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior)
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