martes, 18 de diciembre de 2007

Nuevas formas de colonialismo en África


La Cumbre Unión Europea – África, celebrada en Lisboa, se convocó con el objetivo de establecer una nueva relación más ordenada entre los dos continentes en cuestiones políticas y económicas. Con estas pretensiones se han dado cita ochenta jefes de Estado y de Gobierno de la UE y de África, pero tras estas buenas intenciones subyacía la cuestión que durante décadas ha unido a estos dos continentes: el colonialismo. Así lo dejaba patente el líder libio, Muammar el Gaddafi, durante una conferencia en la Universidad de Lisboa: “Ha llegado el momento de que los colonizadores indemnicen a los colonizados para reparar las desigualdades que asuelan el planeta”.

La pregunta ante esta reunión de Estados es si en la actualidad no se sigue manteniendo en una relación colonialista entre Europa y África pero con las formas del nuevo siglo. Si el colonialismo imperial de las potencias como Francia o Inglaterra, a finales del siglo XIX, tomaba la forma de la gran metrópolis con gobernador en la colonia que mantenía y gobernaba en función de los beneficios a la metrópolis. En el siglo XXI puede que exista una nueva forma de colonialismo.

El “nuevo colonialismo” tiene la misma función: tener países que suministren y equipen a la metrópolis de todo aquello que no posee, ya sea mano de obra o materias primas. Pero tras décadas de luchas por la independencia por parte de los países africanos, hoy en día, no cabe la figura del gobernador vigilante. Para sustituir a esta figura se utilizan los acuerdos económicos internacionales y los encuentros intergubernamentales entre los gobiernos de ambos continentes.

Como apuntaba Plácido Micó, el secretario general de la Convergencia para el Democracia Social de Guinea Ecuatorial, “la política de la UE hacia África se mueve entre el paternalismo y la ineficacia, ya que no aborda el principal problema del continente, que es la falta de democracia”.

La cumbre de Lisboa, cuyo objetivo emblema es la creación de relaciones políticas y económicas entre los dos continentes, no ha abordado el problema clave africano que es la falta de cultura democrática y la inestabilidad de los regímenes democráticos. Cuestión básica y fundamental para el desarrollo del continente. La presencia de líderes como Robert Mugabe , presidente de Zimbabue, son muestra de que el libre desarrollo de los regímenes democráticos no son una condición sin la cual poder tener tratados económicos con Europa.

La forma europea de fomentas el desarrollo en África es una forma muy positiva para la UE. Los acuerdos le permiten desarrollar un flujo migratorio controlado, seguir con las exportaciones de materias primas y el comercio en general. A cambio de lo cual invierten en industria, comunicaciones,.. Pero para una población que no vive en la libertad de unos sistemas democráticos justos. Mientras sigan existiendo en África regímenes que no respeten la legitimidad democrática, las ayudas y acuerdos de Cumbres serán más beneficiosas para Europa que para el continente africano.

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